Suscripciones sin usar
Es demasiado fácil inscribirse en servicios de transmisión en directo (streaming) o suscripción mediante pagos automáticos, y luego solo olvidarse de ellos. Para los estudiantes universitarios, las membresías mensuales en gimnasios son otro gasto engañoso que pueden fácilmente quedarse sin ser usadas a medida que aumentan las cargas de trabajo de los estudios. Para ahorrar dinero, considera cancelar membresías o suscripciones que no hayas usado por 3 meses o más. Además, muchos servicios de transmisión en directo (streaming) ofrecen paquetes combinados con otras plataformas; quizás haya una manera de ver de manera gratuita el programa que te obsesiona. Y si no puedes encontrar el momento para ir al gimnasio, o simplemente no quieres, hay regímenes de entrenamiento que puedes seguir gratis en las plataformas de medios sociales. Quizás te sorprenda cuánto suma todo esto: cualquier dinero que encuentres puede aplicarse a otras áreas de tu presupuesto o a los ahorros. Para monitorear los números, intenta completar una hoja de cálculo de presupuesto.
La última y mejor tecnología
No sientas presión pensando que necesitas tener todos los dispositivos nuevos. Por ejemplo, el bloc de notas digital y el bolígrafo que traduce las notas escritas a mano en documentos digitales pueden parecer la respuesta a tus oraciones para tomar notas, pero tomar notas en tu computadora también funciona. Si decides que necesitas una nueva tecnología, considera comprar un dispositivo reacondicionado o el modelo del año pasado. A veces puedes comprar la versión anterior y aun así conseguir todo lo que necesitas a una fracción del precio de la versión más nueva. Omitir la actualización de los dispositivos de alta tecnología cada año podría ahorrar mucho dinero.
Artículos escolares y libros de texto
A nadie le gusta ver desaparecer una parte del dinero al comprar suministros y libros de texto. Consulta tu programa de estudios lo antes posible para poder encontrar ahorros. Habla con tu profesor para obtener orientación sobre la frecuencia con la que usarás los libros de texto/suministros asignados y si existen alternativas. La mayoría de los profesores pueden darte consejos valiosos. Buscar libros poco usados o comprar por Internet a precios más bajos puede ayudarte a omitir la librería escolar, que puede tener precios más altos.
Otra opción es alquilar el libro de texto o dividir el costo con un amigo de la misma clase. Cuida especialmente cualquier libro de texto que compres para que puedas obtener más al venderlo cuando termines de usarlo. Para artículos básicos, como bolígrafos y cuadernos, aprovecha los precios bajos de la temporada de regreso a la escuela y abastécete de cosas que sabes que usarás con frecuencia. Y asegúrate de verificar con tus padres si hay artículos escolares sobrantes que no usaste en la escuela secundaria.
Salir a comer y ordenar comida
La comida rápida y los cafés normalmente son los culpables cuando el dinero está más ajustado y a menudo son los primeros artículos sugeridos para sacar por completo de tu presupuesto mensual. Sin embargo, está bien complacerte de vez en cuando. Es la frecuencia con la que derrochas lo que hace que la comida sea un gasto engañoso que puede acumularse rápidamente. Desafíate a hacer elecciones de comida más convenientes.
Para comestibles, haz una lista, revísala dos veces y síguela. Anotar un menú propuesto para la semana te ayudará a navegar tus necesidades y deseos alimenticios. Para cenar afuera, evita los cargos de entrega y recoge la orden tú mismo, ordena del menú económico o busca lugares que ofrezcan descuentos para estudiantes. Lo importante es planificar los gastos de comida con anticipación para que puedas tener en cuenta cuánto estás gastando y ser creativo en las formas de ahorrar.
Compras en oferta
Cuando compres esa oferta irresistible, concéntrate en el aspecto de "uso" de una compra más que en el aspecto de "oferta". Un artículo no es una ganga si nunca o rara vez se usa, incluso aquellos anunciados con un “50% de descuento”. Las compras de ropa suelen ser un factor decisivo para los estudiantes universitarios. En lugar de simplemente salir a hacer una compra sin un objetivo, primero intenta analizar tu guardarropa y decidir qué necesitas. Luego puedes comprar los artículos que sabes que realmente usarás.
La vida universitaria puede ser costosa, pero ser consciente de tus necesidades puede hacer una gran diferencia. Haz una pausa y pregúntate si podría haber una opción más conveniente antes de gastar dinero. Esto puede ayudarte a administrar los gastos imprevistos, descubrir ahorros y mantenerte dentro del presupuesto.