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Descubre los riesgos y las recompensas de emprender

Para triunfar como emprendedor hay que conocer los riesgos y recompensas del éxito empresarial Presentado por Chase for Business.

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    Así que estás pensando en comenzar tu propio negocio.

    Tienes bastante claro que tu idea de producto es excelente y, al igual que tantas otras personas, te entusiasma la idea de transformar tu pasión en algo con lo que poder pagar tus facturas. Además, es una decisión que te daría mucho más control: ser tú quien toma las grandes decisiones, y poder buscar el equilibrio que prefieras entre el trabajo y tu vida personal.

    Al igual que con cualquier cosa que valga la pena, el emprendimiento implica ciertos desafíos. Será tu responsabilidad mantenerte al tanto de las tendencias del mercado, vigilar las finanzas de tu negocio y estar alerta ante posibles obstáculos. Por lo general, los buenos emprendedores son quienes entienden los riesgos y toman decisiones informadas, que estén basadas en una investigación sólida.

    En esencia, para triunfar como emprendedor hay que saber asumir tanto los riesgos como las recompensas que supone tener tu propia compañía. Así que, antes de que te subas al carro, veámoslo más de cerca.

     

    Los riesgos de emprender

    Los mejores emprendedores son los que lo piensan todo muy bien antes de dar el salto. Toman riesgos calculados, pero antes cumplen con sus debidas diligencias.

     

    Riesgos de mercado

    Antes de establecer tu negocio, estudia cuidadosamente el mercado. ¿Está aumentando o disminuyendo? Por ejemplo, imagina que abres una librería en un momento en que cada vez más personas se están pasando al libro electrónico. Se trata de un mercado difícil, aunque creas haber encontrado un nicho dentro de ese mercado que está siendo desatendido. Investigar el mercado te puede ayudar a ver si tu idea tiene el potencial que esperabas. Sirve para identificar oportunidades únicas para hacer crecer tu negocio, aunque cambien las preferencias del consumidor.

     

    Riesgos financieros

    El dinero es un elemento importante en la ecuación. Ya estés recurriendo a tus ahorros o pidiendo un préstamo, poner en marcha un negocio conlleva un cierto nivel de riesgo. No quieres ser la persona que invierta gran parte de sus ahorros en la última gran innovación, solo para darse cuenta que no hay suficiente demanda.

    Los emprendedores precavidos miden bien su cancha financiera, y calculan por cuánto tiempo podrían mantener el negocio en funcionamiento antes de empezar a obtener beneficios. Para ese tipo de planificación hay que presupuestar gastos inesperados y comprender bien el flujo de efectivo.

     

    Riesgos de la competencia

    Es posible que tu idea no fuese tan única como esperabas, así que es importante que sepas contra quién estás compitiendo. Por ejemplo, si estás abriendo una cafetería, tendrás que saber cómo vas diferenciar la tuya de las otras cinco que hay en esa misma calle. ¿Ofrecerás mejores precios, sabores únicos, o un ambiente más acogedor? Analizar a la competencia te ayudará a encontrar tu nicho y determinar qué es lo que puede hacer que tu negocio destaque.

     

    Riesgos tecnológicos

    En un mundo en el que la tecnología evoluciona tan rápido, es vital que te mantengas al día. Si estás lanzando un negocio centrado en la tecnología, piensa en el desafío de mantenerte al tanto de los últimos avances.

    Pero no se trata solo de contar con los últimos dispositivos, sino de escoger una tecnología que haga que tu negocio resulte más atractivo para tus clientes. Por ejemplo, si estás montando una tienda por Internet, lo que necesitas es una plataforma segura y fácil de usar, para optimizar la experiencia del cliente. De lo contrario, podrías perder clientes en favor de otros competidores con una mejor interfaz o un proceso de compra más fluido.

    Recuerda, todos los emprendedores enfrentan estos mismos desafíos, pero aquellos que triunfan son los que están más preparados y flexibles.

     

    Las recompensas de emprender

    Pero no todo son precauciones y advertencias: dirigir tu propia orquesta tiene enormes ventajas, y cada una ofrece su propia clase de satisfacción.

     

    Realización profesional

    Hay algo increíblemente gratificante en dar vida a tus propias ideas. Imagina que tu pasión es la moda sostenible y lanzas tu propia línea de ropa, una que esté alineada con esos valores. Cada prenda que diseñes y cada cliente satisfecho será un testimonio de tu visión. Estarás creando un negocio que no solo sea rentable, sino que también refleje tus objetivos y creencias personales.

     

    Equilibrio entre el trabajo y tu vida personal

    Al principio, tu negocio probablemente necesitará mucha atención, pero a medida que se vaya estabilizando, ganarás más control sobre tu tiempo. Piensa en alguien que tiene un pequeño negocio, que empieza trabajando 12 horas al día y finalmente acaba incorporando a un equipo de confianza, lo que le permitirá tomar un poco de distancia y disfrutar más de su tiempo personal.

    Esta flexibilidad para ajustar tus horas de trabajo puede ser uno de los aspectos más atractivos de ser emprendedor. Digamos, por ejemplo, que eres un diseñador web independiente y has dedicado tiempo a establecer una sólida base de clientes. En algún momento, tu éxito podría permitirte escoger proyectos que se adapten a un estilo de vida más equilibrado, dejándote más tiempo para tus aficiones o para estar con tu familia.

     

    Experiencia de liderazgo

    Estar al mando implica desarrollar tus habilidades de liderazgo. Uno aprende cómo inspirar a sus empleados, delegar tareas de manera efectiva y liderar un equipo para lograr alcanzar las metas de la compañía.

    Quizás seas el director ejecutivo en una empresa emergente de la industria tecnológica, que haya pasado de ser un desarrollador centrado en el día a día a ser un líder estratégico, que oriente la visión de la compañía y haga que un equipo talentoso sea capaz de ejecutarla. O quizás seas un restaurador, al frente de un equipo con distintas habilidades, perspectivas y experiencia de vida.

    Pasar por ese tipo de dinámicas interpersonales no solo beneficia a tu negocio, sino que también contribuye a tu desarrollo personal como líder.

     

    Control sobre la compañía

    Una de las mayores recompensas es tener control sobre la dirección que tomará tu negocio. Tú puedes decidirlo todo, desde la estrategia de marketing hasta el desarrollo de productos.

    Imagina que tienes una idea innovadora para un nuevo servicio o producto. Al estar al mando, tendrás la libertad de experimentar y poner en práctica tu idea, llevando a tu compañía por un rumbo nuevo y emocionante.

    O supón que tienes un restaurante y decides comprar todos tus ingredientes localmente. No solo podrás mejorar la frescura de la comida, sino también atraer clientes que valoren la sostenibilidad.

    Esto es lo que hace que emprender no solo sea una elección profesional, sino una vía hacia el crecimiento y la realización personal. Al crear un negocio que sea de verdad tuyo, podrás sentir la gratificación de tomar algo que te inspire y hacer que sea un éxito.

     

    Dando el salto

    ¿Todo listo para dar el salto al emprendimiento? Puede ser toda una aventura, con los desafíos y riesgos que implica. Pero si tienes una idea que te apasiona, has hecho tus tareas y te has preparado para lo que se ponga en tu camino, entonces la aventura es solo parte de la experiencia emprendedora.

    Recuerda que emprender no consiste solamente en ganar dinero, sino en vivir una vida, tu vida, hecha a tu medida, y en crear algo único que refleje quién eres y en qué crees. Y eso es algo por lo que merece la pena trabajar duro.

    ¿Necesitas que alguien dé alas a tus ideas emprendedoras? Contacta hoy mismo con un representante bancario para negocios de Chase. Siempre estamos listos para ayudar.

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