Cómo mantener separadas tus finanzas personales y de negocios
Te contamos cómo no mezclar pequeños negocios con finanzas personales te puede ayudar a crecer. Presentado por Chase for Business.
Al principio, mucha gente recurre a sus propios fondos en el lanzamiento de su negocio. Si tú has escogido ese camino, te interesará separar tus finanzas personales de las de tu pequeño negocio, porque mantenerlas juntas te podría causar dolores de cabeza en el futuro. En este artículo, exploraremos 5 de las maneras más eficaces de establecer distinciones claras entre finanzas personales y de negocios.
Abrir una cuenta bancaria para negocios
Uno de los mayores beneficios de separar finanzas personales y de negocios es el modo en que afecta tu mentalidad. La creación de compartimentos te permite visualizar con más claridad el dinero de tu negocio y el tuyo propio como 2 grupos distintos, y no como una misma fuente de financiación. Esto te permite mantener la salud financiera de tu negocio de forma más efectiva.
Abrir una cuenta bancaria para negocios te proporciona un lugar en el que centralizar tus transacciones comerciales, incluyendo gastos, ingresos y tu flujo de efectivo en general. Así podrás supervisar fácilmente estos aspectos de tus operaciones empresariales, e identificar rápidamente las transacciones comerciales a la hora de presentar tus declaraciones de impuestos.
Aunque son similares, la principal diferencia entre una cuenta bancaria personal y una para negocios es el modo en que se usan. Tener una cuenta bancaria para negocios ofrece más posibilidades a tu negocio, allanándote el camino para crecer con mayor protección.
Piensa en una cuenta bancaria para negocios como una herramienta de valor que te ayuda a simplificar una serie de labores financieras fundamentales. Por ejemplo, le permite a tu negocio aceptar pagos con tarjetas de débito y crédito, una jugada que puede servirte para llegar a más clientes. En caso de que te haga falta contratar empleados para seguir creciendo, con una cuenta bancaria para negocios lo tendrás todo listo para pagar nóminas y permitir que otras personas realicen en tu nombre una serie de gestiones financieras para tu negocio. Al agregar empleados a las cuentas de tu negocio (con límites, para que sigas manteniendo el control), podrás delegar una serie de tareas financieras, tales como hacer depósitos y pagar facturas, sin poner tu cuenta personal en riesgo.
Mantener separadas tus cuentas bancarias personales y para negocios también ayuda a proteger mejor tus activos personales, en caso de que en algún momento tu negocio enfrente una reclamación legal, al haber establecido una distinción más clara entre ambas clases de activos.
Adquirir una tarjeta de crédito para negocios
Al igual que tener separadas tus cuentas bancarias personales y para negocios refuerza tu empresa y te brinda una mayor protección, lo mismo sucede con las tarjetas de crédito para negocios.
Abrir una tarjeta de crédito para negocios te ayuda a establecer y aumentar el crédito de tu negocio lo cual no es lo mismo que tu crédito personal. Un puntaje de crédito sólido puede ayudarte a acceder al capital que necesitas para cubrir los gastos operativos y mantener un buen flujo de efectivo en tu negocio.
Las tarjetas de crédito para negocios también pueden favorecer el crecimiento de otras maneras. Un buen crédito para negocios puede servir para afianzar tu credibilidad de cara a tus proveedores. Incluir una tarjeta de crédito para negocios como parte de tu capital circulante, o fondo de operaciones, también conlleva un beneficio: puedes acumular recompensas que puedes aprovechar para reinvertirlas en tu negocio.
Además, mantener tu crédito personal separado del de tu negocio agrega otro nivel de protección, disminuyendo los riesgos para tus activos personales y tu puntaje de crédito.
Incorporar tu negocio
Considera poner el nombre de tu negocio en sus correspondientes finanzas, incluyendo tarjetas de crédito y cheques. De esta manera podrás añadir un nivel de seriedad y profesionalidad que tus clientes y proveedores seguramente valorarán. Para ello, primero tendrás que incorporar tu negocio.
Las estructuras empresariales pueden ser complejas, y la incorporación no es una excepción. En su nivel más básico, incorporar tu negocio significa separarlo legalmente de tu propia persona como propietaria. Es algo distinto a la empresa unipersonal, que te reconoce a ti y a tu negocio como una misma entidad (y si algo sale mal, podrían hacerte responsable, poniendo tus activos personales en riesgo). Debido a esta diferencia, incorporar tu negocio establece una separación que funciona como elemento de protección.
¿Cuándo deberías incorporar tu negocio? Hay diferentes factores a tener en cuenta. Algunas de tus opciones para la captación de capital, incluyendo préstamos para negocios y trabajar con inversionistas de riesgo, pueden requerir la incorporación de tu negocio, y registrarte como corporación también conlleva ciertas ventajas fiscales.
Para constituir una sociedad, tendrás que cumplir con algunos requisitos mínimos, entre otros, registrarte en el estado donde hagas negocios y también, dependiendo del sector, en agencias locales y federales. También tendrás que nombrar a un agente registrado o representante autorizado, presentar el acta de constitución, redactar los estatutos corporativos y designar una junta directiva.
Financiar tu negocio
Es posible que necesites recaudar capital en cualquier momento de la trayectoria de tu negocio. Tal vez quieras expandir tus operaciones, llegar a nuevos mercados o invertir en investigación y desarrollo. Algunos propietarios de negocios recurren a amigos y familiares para que les hagan un préstamo, mientras que otros optan por usar sus ahorros personales o emitir acciones para financiarse.
Aunque una opción es emplear una línea de crédito sobre el valor líquido de la propiedad, es importante manejar esta herramienta con cuidado. Al poner tu vivienda como garantía para un préstamo, estás enturbiando las aguas, al mezclar tus finanzas personales y las de tu negocio de una manera que podría influir en tu toma de decisiones.
Los préstamos para pequeños negocios son una forma habitual de financiar tu negocio, al tiempo que mantienes separadas tus finanzas personales y de negocios. Sin embargo, si no calificas para un préstamo, hay otras maneras de financiar tu negocio, como programas de subvenciones, capital de riesgo o inversores. Aunque las subvenciones no requieren que hagas ningún reembolso de dinero, es probable que los capitalistas e inversores de riesgo tengan expectativas específicas para el retorno de su inversión. Pueden exigir que les cedas una parte de la titularidad de tu compañía y, posiblemente, también un cierto control.
Pagarte tu propia nónima
Una vez que hayas decidido separar tus finanzas personales y las de tu pequeño negocio, el siguiente paso es importante aunque a menudo se pasa por alto: Pagarte tu propia nómina.
Aunque pueda sorprender, cuando montan su primer negocio, muchas personas tienden a renunciar a este paso, optando en su lugar por reinvertir sus ingresos en el negocio. Pero, de hecho, esta táctica podría terminar dificultando el crecimiento de tu negocio.
Tomar desde el principio la decisión de pagarte tu propio salario puede ayudarte a planificar el crecimiento de tu negocio a la larga. Agregarte a la nómina te proporciona ingresos estables y puede ayudar a mitigar una parte del estrés de dirigir tu propio negocio. Ese extra de seguridad financiera ayuda a no tener una mentalidad de austeridad en tus operaciones. También puede facilitar tu declaración de impuestos, al poder distinguir entre las finanzas de tu negocio y las tuyas propias.
Da los primeros pasos hoy mismo
Prepárate para hacer crecer tu negocio al separar tus finanzas personales y de negocios. Contacta con un representante bancario para negocios hoy mismo para aprender más sobre cómo obtener un préstamo o abrir una cuenta bancaria para negocios.